Frenos de disco mecánicos
Los frenos de disco mecánicos combinan la simplicidad de los cables con la consistencia de una mordida sobre un rotor fijado a la rueda. Al apretar la maneta, un cable tenso acciona las pastillas contra el disco. Se montan sobre soportes post-mount o IS en cuadros y horquillas diseñados para disco. Su eficacia no se ve afectada por la suciedad en la llanta y, al trabajar sobre un rotor, mantienen la energía de frenado más estable en descensos prolongados.
Sin embargo, necesitan un ajuste más frecuente de cables y pinzas, y suelen ofrecer un tacto menos refinado que los sistemas hidráulicos, pues la expansibilidad del cable puede mermar la firmeza.
Frenos de disco hidráulicos
Los frenos de disco para bicicleta hidráulicos representan la opción de mayor rendimiento hoy en día. En lugar de cables, emplean un circuito de líquido (normalmente DOT 5.1 o aceite mineral) que transmite la presión de la maneta directamente a las pinzas. El resultado es un tacto muy directo, capacidad de dosificar la fuerza con precisión y potencia de frenado superior, incluso con pastillas muy duras.
Son especialmente valorados en la práctica de enduro, downhill y rutas de montaña técnica, donde la fatiga del sistema—calor y suciedad—está al orden del día. A cambio, requieren mayor cuidado: purgas regulares para eliminar burbujas, inspección de tubos y un mantenimiento más delicado.
Compatibilidad con cuadro y ruedas
Antes de comprar frenos para bicicleta, verifica que tu cuadro y horquilla cuentan con los anclajes adecuados. Los frenos de llanta solo requieren que el cuadro tenga orificios para tornillos de V-Brake o cantilever. En cambio, los frenos de disco exigen soportes post-mount o IS y hub disponibles para montar rotores de 140, 160, 180 o 203 mm.
En bicicletas de montaña modernas, es habitual encontrar solo anclajes de disco. Si tu cuadro es antiguo y carece de ellos, deberás seguir con frenos de llanta o plantearte adaptar un post-mount mediante un adaptador especial, lo cual no siempre resulta recomendable. Al mismo tiempo, asegúrate de que tu buje delantero o trasero tenga cuerpo o adaptador para rotor centrado y un pasador de freno en el eje (6 pernos o sistema Centerlock).
El diámetro del disco también influye: un rotor más grande aumenta la palanca, generando más fuerza de frenado, pero puede causar interferencias con guardacadenas o el tirante de freno trasero. Consulta siempre la hoja de especificaciones de tu cuadro.
Elegir pastillas: compuestos y formatos
Las pastillas bici son un factor clave en la sensación de frenada. Se fabrican en varios compuestos:
- Orgánico (resina): más silenciosas y con buen agarre a baja temperatura, se consumen antes y generan más polvo.
- Metálica (semi-metálica): resistentes al calor y al desgaste, ideales para condiciones exigentes, aunque pueden resultar algo ruidosas y desgastar más rápido los discos.
- Cerámica: equilibran durabilidad y potencia, con poco polvo y buen comportamiento en húmedo, aunque suelen ser las más caras.
Elige pastillas originales del fabricante de tu sistema de freno para garantizar compatibilidad con la pinza. Ten en cuenta que el grosor y el formato (plateadas, con base metálica o isotérmicas) deben coincidir con las especificaciones de la pinza. Cambiarlas antes de que el material llegue a 1 mm de espesor evita un daño prematuro en los discos y garantiza una frenada siempre firme.